La Moringa no es precisamente una novedad en nuestro país, donde se le conoce desde hace mucho tiempo como paraíso francés, tilo americano, acacia, o palo jeringa.
Esta planta es originaria de la India , pero es capaz de crecer y reproducirse a lo largo de todo el cinturón tropical de la tierra sin grandes exigencias en su cultivo.
Según los estudiosos de esta especie, en muy poco tiempo puede alcanzar una talla considerable, próxima a los cuatro metros o superior en solo un año de sembrada.
Se le atribuyen un sinnúmero de propiedades: forrajeras, medicinales, y nutritivas, por lo que en muchas regiones del mundo es frecuente que le llamen "árbol milagroso".
Su nombre científico es Moringa oleifera y los análisis de laboratorios confirman en sus hojas la presencia de altas concentraciones de vitaminas, hierro y calcio.
Por otra parte, las flores son melíferas, e igualmente ricas en calcio y potasio, y se pueden consumir crudas, cocinadas, como ensaladas, en pastas, o en la preparación de infusiones.
Se afirma que el fruto verde es una fuente significativa de proteínas y vitaminas, ideal para consumir en guisos a los que se le atribuyen propiedades afrodisíacas.
Las semillas igualmente cautivan por sus variadas virtudes: ricas en aceites y proteínas, las cuales puede comerse cocinadas como frijoles o tostadas como el maní.
El consumo de la moringa beneficia la piel, la producción y calidad de la leche en las mujeres lactantes, y aumenta de la vitalidad en las personas de la tercera edad.
En la provincia de Pinar del Río, con el concurso de la Empresa Forestal Integral de La Palma y la Asociación Nacional de Agricultores pequeños se impulsan programas de fomento de la moringa.
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